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El documental “El caminante”, de María Laura Cali, que revela la historia del periodista argentino Sebastián Moro, asesinado en Bolivia días antes del golpe a Evo Morales, se proyecta en el Espacio INCAA Chauvin el 6, 7 y 11 de junio a las 19.

Noviembre de 2019. Noche en La Paz. Sebastián Moro, periodista de Mendoza y desde hace dos años editor de Prensa Rural en Bolivia, ha salido a caminar, pero esa noche será la última. Aparecerá golpeado y desvanecido y morirá con apenas 40 años. El misterio se irá develando con la propia voz de Sebastián en sus audios de Whatsapp, en sus programas radiales y en los mails. En una Bolivia que arde, con la tensión y el peligro a su paso, Sebastián hace una y otra vez el recorrido que fatalmente lo llevará al encuentro de su destino.

El documental dirigido por María Laura Cali (Los ñoquis, 2019) reconstruye los últimos días del periodista argentino asesinado en los albores del golpe de estado en Bolivia.

“Sebastián Moro, el caminante”, es una coproducción entre Argentina y Bolivia. Por Argentina, Barakacine y la mendocina Buda Casa Productora; y por Bolivia, Fundación Grupo Ukamau. Cuenta con el apoyo de INCAA y Mecenazgo, y participó de los mercados Mendoza Film Lab, Doc Montevideo, Ventana Sur-Doc Sur, Vision Du Reel Market.

Bolivia, noviembre de 2019. Una silueta frágil avanza. Es la de Sebastián Moro, periodista mendocino que desde hace un par de años ejerce en la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos. Uno de sus compañeros de la radio lo recuerda así, “…siempre caminando…”. Pero esa noche será la última y Sebastián aparecerá desvanecido y con golpes en su departamento rentado, y una semana después morirá. Esta etapa final de Sebastián nos conduce de Mendoza a La Paz. El misterio de aquella noche será relatado por él y nos acercará a las posibles causas de su muerte.

María Laura Cali conoció a Sebastián y, tras la triste noticia de su muerte decidió que era importante visibilizar esta tragedia. “Después de escuchar, leer, mirar, hablar con su familia y amigos más cercanos, me reafirmé en la necesidad de contar su historia. Ir tras sus pasos como quien rastrea una huella aun persistente. Utilizar su propia voz a través de sus registros y audios personales, me ayuda a tomar distancia y a poder hablar de su destino en la América Latina de hoy”, comenta la directora.

“Conocí al periodista mendocino Sebastián Moro en el 2019, días antes de las elecciones en Bolivia efectuadas el 20 de octubre. Yo estaba en La Paz presentando un documental, y él me entrevistó en su programa de radio Comunidad Sur. Descubrí en aquella entrevista a un profesional comprometido, sensible, lleno de humor. Hubo una rápida empatía entre nosotros por ser ambos de la misma zona geográfica de Argentina, y porque además lo que contaba en mi documental “Los Ñoquis” (los despidos masivos en el empleo público durante el gobierno de Mauricio Macri), también había sido parte de su historia. Quedamos en reunirnos en diciembre de ese mismo año en Buenos Aires.
La realidad política que se vivía en Bolivia era movilizadora, y ya se notaba la violencia de la oposición en las calles. El 9 de noviembre Sebastián envió a Pagina /12 su artículo anunciando “un golpe en marcha”. Luego salió a caminar como lo hacía cada noche, allí se perdió contacto con él y el día domingo 10 fue encontrado inconsciente en su casa, con evidentes signos de haber sido golpeado. Una semana después murió sin reaccionar, en una clínica de La Paz. Su historia me interpela desde lo personal, así como el contexto histórico y político, cuya fragilidad me ha obsesionado estos últimos años. De esa manera comencé a sentir que su voz ganaba presencia y que Sebastián se hacía visible. En mi formación como actriz y directora he estudiado mucho las tragedias griegas e isabelinas. Veía en la historia de Sebastián una vida así, signada por la tragedia donde el protagonista intenta eludir su destino pero indefectiblemente cae en él. Me pregunto, aquello que guiaba a Sebastián Moro: ¿era una necesidad, o era una fuerza superior que lo empujaba hacia un destino inevitable?
Después de escuchar, leer, mirar, hablar con su familia y amigos más cercanos, me reafirmé en la necesidad de contar su historia. Ir tras sus pasos como quien rastrea una huella aun persistente. Utilizar su propia voz a través de sus registros y audios personales, me ayuda a tomar distancia y a poder hablar de su destino en la América Latina de hoy”, cuenta la realizadora.