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“Estar en Mar del Plata, en Argentina, es como volver a casa”, dijo Joaquín Sabina durante su nueva visita a la ciudad para presentar su último CD  “Lo niego todo” en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas. El cantautor repasó durante el show, algunos de sus clásicos, además de su nuevo material, junto a una banda que sonó impecable y una destacada puesta de luces y pantallas. 

¿Cuándo un artista se convierte en un clásico? Quizás esto sea cuando sus canciones pasan a ser parte de la gente, las emocionan, las reflejan, y se conmueven al sentir los primeros acordes y las reconocen. Es por ello, y por una continua relación con Argentina, no sólo en sus giras, sino como inspiración para sus letras, ritmos y la conexión con otros artistas, es que Sabina ya es todo un clásico en el país.

A pesar de tener un show ideado y guionado que se apoya en una exacta puesta de luces y pantallas, el cantautor español no deja su autenticidad de lado. Entre canción y canción, sus relatos captan la misma atención que sus letras y ritmos. Y sus años de ruta y complicidad con la banda, se demuestra en la solidez del sonido y los arreglos.

“Hoy cuando llegamos, nos fuimos directo a tomar mate con nuestros perros a la Rambla”, bromeó el español, haciendo una clara alusión a la ya célebre grabación de “la cheta de Nordelta”. “Me molesta ver un grupo de gente que lleva al perro a la pileta como si estuviéramos en la Bristol de Mar del Plata”, fue una de las frases del audio que trascendió y rápidamente se convirtió en polémica nacional.

“Lo niego todo” fue el primer trabajo en 8 años del cantante, su álbum número 23, y por ello la primera parte del recital la dedicó a repasar algunas de las nuevas canciones. “Al principio, sean piadosos y se van joder con las nuevas”, diría Sabina, a quien acompañan en el escenario Pancho Varona (guitarra, voz), Antonio García de Diego (teclados, guitarra, voz), Pedro Barceló (batería), Jaime Asúa Abasolo (guitarra, voz), Josemi Sagaste (saxo, clarinete, acordeón), Tamara Barros (voz, coros) y Laura Gómez (bajo, coros).

El andaluz rememoró la época en la que se fue de España y en Londres descubrió a los Rolling Stones, a Bob Dylan, y al volver a su tierra, fusionó la canción de autor con todo lo que había escuchado al conocer al grupo Alarma. Y precísamente su guitarrista, Jaime Asúa, que formaba parte de esa legendaria banda española, ahora lo acompaña a Sabina, y le da el “toque rocker”.  De allí la variedad de ritmos de temas como  “Con la frente marchita”, “La del pirata cojo” -en la interpretación de Varona como solista-, “Una canción para la Magdalena”, “Por el boulevard de los sueños rotos”, “Peces de ciudad” , “19 días y 500 noches”, “A la orilla de la chimenea” -aquí el solista fue García de Diego-, “Noches de boda”, “Y nos dieron las 10”, “Princesa”…, “Y sin embargo te quiero” (donde se lució Tamara Barros)  y “Hace tiempo que no”, de su disco personal.

El público es también protagonista del show, y a pesar de la fría noche casi invernal marplatense, fue muy cálido con el artista y provocó una emoción que Sabina no disimuló y disfrutó. “Pareciera que con el paso de los años y las giras uno se endurece y se curte, pero no, cada vez somos más llorones y más cuando tocamos en Argentina”, comentó.

“Ni ángel con alas negras / ni profeta del vicio /ni héroe en las barricadas / ni ocupa, ni esquirol / ni rey de los suburbios / ni el Dylan español”, canta con ironía en “Lo niego todo”, en esta etapa en la que hace una especie de balance de su carrera y su vida, y todo, con la complicidad de su gente.

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