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“Intimo” (Chicos Feos), de Gabriel Gavila, se presenta los miércoles de enero en la Bodega del Teatro Auditorium, a las 23. La puesta, dirigida y protagonizada por Gavila junto a Gonzalo Cetraro, tiene como base su propia historia personal, su vida real.
La obra cuenta con asistencia de dirección de Leandro Sturla, colaboración artística de Luciano Crispi y supervisión dramatúrgica de Maruja Bustamante.
“Intimo” habla con crueldad del desamor, la soledad, las obsesiones y de los sueños no cumplidos.
El proyecto de “Chicos Feos” surge de una trilogía teatral (Chicos Lindos, Chicos Malos y Chicos Feos) que aborda la temática del Hombre, la masculinidad, el sexo y el amor.
Durante 15 temporadas junto al grupo Improvisa2, Gabriel pasó por distintos escenarios de la ciudad y no sólo durante el verano, sino también durante la temporada invernal, fines de semanas largos, etc. Eso hizo que pasara a ser una cara conocida del circuito teatral marplatense. Con sus improvisaciones, incorporaba e inventaba personajes de forma inmediata, y paralelamente, traía otros ya preparados, como en “Dillinger” y la más reciente “Ritmos latinos”.
Pero en este verano, se despojó de todas esas “caretas” y muestra un show más personal, contando su propia historia.

“No es la obra de mi vida, pero si la historia de mi vida”, remarca durante el espectáculo en el que comparte escenario con Gonzalo Cetraro, quien se pone en la piel de algunos personajes que pasaron por la vida de Gabriel, y además, con su guitarra y su voz, le pone música a distintas situaciones.
En “Intimo…”, relata todo lo que fue viviendo con respecto a sus relaciones, ocasionales o no, y de su acelerado ritmo de vida que lo llevó a una búsqueda constante. Y en esa búsqueda, al parar y reflexionar, se dio cuenta que en ese camino estaba su felicidad y así lo siente y transmite en escena. No es casual que al costado del escenario se vea un retrato que alguna vez le hicieron, pero con el que no se identifica. En el retrato estaba el médico o abogado que quería sus padres que fuera. Pero siguió su vocación de entretener, crear, hacer reír y reflexionar desde el escenario.
Y de eso se trata…

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