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La obra “Lugones”, de Mariano Moro, se estrenará el sábado 1 de septiembre a las 20:00 en la Villa Victoria Ocampo. Protagonizada por Juan Pablo Carrasco, tendrá otra función el domingo 2 de septiembre, también a las 20:00 en la Villa Victoria Ocampo. “Creo que nuestro país viene hace mucho tiempo siendo ingrato con respecto a su memoria”, opina el realizador, en diálogo con ShowMardel

A ochenta años de su muerte, reencarna el grandísimo poeta modernista argentino, también destacado cuentista, tantas veces vilipendiado o juzgado a la ligera, por sus cambiantes opiniones políticas o la vida de sus descendientes. En una mística comunión con su más aventajado sucesor, Jorge Luis Borges, y en el desborde pasional del amor fulminante por una muchacha con la que lo obligaron a romper relaciones, Emilia Cadelago, concretamos la fantasía de compartir con él la última hora de su vida, truncada por mano propia sin explicación ni aviso, no para solazarnos en el morbo del suicidio, sino para acompañarlo en una fiesta de sentimientos e imaginación, la que proponen sus versos.

Con el antecedente de sus espectáculos sobre Lope de Vega (“Quien lo probó lo sabe”), y Alfonsina Storni (“Alfonsina y los hombres”), quien se suicidara ese mismo año, Mariano Moro recurre a la excelencia y entrega de un actor, Juan Pablo Carrasco, para buscar el placer extremo de la exuberancia del verso bien dicho y sentido en escena, homenajeando a un poeta a quien siempre admiró.

“Lugones es uno de los poetas que me acompañan desde la infancia”, comenta a ShowMardel, Mariano Moro. “Siempre leía en una antología un poema infantil sobre el hornero, que me encantaba, y luego descubrí que había en casa una edición hermosa de Aguilar en papel biblia de su poesía completa, a la que siempre acudí desde entonces. El contraste entre su poesía lúdica, juguetona, pudorosa y el enigmático suicidio me convocó de algún modo. Quizá quise rastrear en sus versos atisbos de lo que sucedería. En todo caso, y aun ubicando la acción en el momento previo a su muerte, quise hacer un espectáculo de fiesta sonora como su verso me sugiere y me pide. Limpiar un poco al poeta de los juicios ligeros sobre sus vacilaciones ideológicas y dejarlo desplegarse con esa fuerza tan grande que tenía, capaz, por ejemplo, de crear un Borges. Para variar, creo que nuestro país viene hace mucho tiempo siendo ingrato con respecto a su memoria. Al fin, es un espectáculo sobre la pasión amorosa incontenible, que siempre conmueve”, agrega.
Y en cuanto al proceso de investigación y preparación del personaje y la obra, relata que lo tenía en mente cuando preparaba “Alfonsina y los hombres”. “Entonces me interné un año en la obra de Leopoldo y obtuve la dramaturgia. Es una tarea titánica para el actor. Empecé a ensayar con uno muy bueno que no lo resistió y abandonó”, explica.
Juan Pablo Carrasco hizo anteriormente, según define moro, “un galán espléndido” para “La dama boba” de Lope de Vega. “Y por eso me animé a tentarlo con esto. Con todas sus cualidades y aun habiendo sorteado con éxito las dificultades del Siglo de Oro, llevó tres años y algo más de ensayo que apareciera para “Lugones” ese plus de vida que justifica compartir con el público, y eso lo encontramos recién ahora, por eso creo que estrenaremos en el momento justo. Mi implacabilidad con respecto al verso se completa con la colaboración de Silvina Zorzolli Carrasco, que aporta todo para la estética y acompañó al actor, que también es su marido, en la no pequeña tarea de devenir un poeta de los grandes, a la altura de Rubén Darío, modernista también y amigo suyo. ¡Ambos coincidieron como empleados del Correo Argentino! “
Finalmente, destaca el hecho de estrenar la obra en la Villa Victoria Ocampo. “Tiene una fuerza simbólica, ya que nos acerca a aquellos literatos nuestros de la primera mitad del siglo XX”, remarca.

 

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